Hacía
varios días que intentábamos, con Beto, arrancar el Kaiser Carabela del año
1958 de los primeros que se fabricaron. Lo había encontrado en un garaje casi
olvidado. Después de 45 años de estar sin funcionar tratábamos de ponerlo en
marcha. “El Bote” como lo bautizó mi amigo Beto, mi mecánico de cabecera.